Esas palabras fueron escritas por Gonzalo de Berceo sobre Domingo de Guzmán, Santo Domingo de Silos. Domingo nació cerca de 1000 de padres bastante pobres. El estudiaba las letras divinas, y el obispo, observando su progreso, elevó a Domingo al presbiterado. Un año y medio después, Domingo se retiró a una vida eremítica, y tomó el hábito benedictino en la abadía de San Millán.
La misión de la abadía era restablecer el priorato de Santa María cerca de la villa de Cañas, y acá Domingo performó sus obras sagradas. Restableció el priorato en dos años y, luego, fue nombrado el abad de San Millán. El servió como obispo consejero, visitando numerosas iglesias y dependencias.
En pocos años, Domingo se encontró contra el rey Don García de Navarra. García le pedía a Domingo todos los tesoros del monasterio de San Millán, pero Domingo no quiso dárselos. Por eso, Domingo tenía que abandonar el monasterio viejo y llegó desterrado en Burgos. Acá, la abadía de San Sebastián de Silos era casi inhabitado, y el príncipe Fernando, sabiendo del buen carácter de Domingo, propuso a Domingo para abad de Silos.
Domingo restauró el monasterio y levantó una iglesia con la biblioteca más rica de España. También construyó un claustro que existe como un símbolo de la cristiandad española. Domingo se murió en 1073, y el monasterio adoptó el nombre de Domingo de Silos.
"En el nomme del Padre que fiço toda cosa,
e de don Jhesu Christo fijo de la Gloriosa,
el del Spíritu Sancto que egual d'ellos posa,
de un confessor sancto quiero fer una prosa."
Santo Domingo de Silos era un santo verdaderamente celebrado por sus discípulos. Primero, a los pocos años de su muerte, el monje Grimaldo recordó la historia de la vida de Domingo en tres libros en latín. Luego, Berceo usó las obras de Grimaldo para escribir su poesía de Domingo, de que tenemos ejemplos aquí. Más tarde, Pero Marín relató la vida de Domingo en prosa castellana, Miraculos romansadas.
También, en los siglos XVII y XVIII, los padres Gómez, Castro y Vergara escribieron la vida de Domingo. En este siglo, se han publicado tres biografías de Domingo: un por el padre Alcocer, un por Cecilio Gutiérrez y un por Juan del Alamo.
"Devemos render gracias al Rei spirital,
qui nos dio tal consejo, tan nuestro natural
por el su sancto mérito nos guarde Dios de mal,
que nos lieve las almas al regno celestial."
Para más poesía, se puede consultar «La Vida de Santo Domingo de Silos» por Gozalo de Berceo.