Los Milagros de Santo Domingo de Silos


Una página de un manuscrito de Santo Domingo.
(La Vita Domenici Siliensis, ed. Vitalino Valcarcel, 1982. p 639.)

Existen en el mundo literario varios textos de la vida de Santo Domingo de Silos. Sin duda el más famoso es el de Berceo. Escrito en español en la forma de cuaderna vía, el texto de Berceo es muy diferente de la prosa latín de Grimaldo. Su &177;Vita Dominici Siliensis&187; es el texto en que Berceo basó su obra. La forma del texto es muy interesante. Cada episodio tiene una introducción breve y muchas veces un epílogo. Algo interesante es que en el tercer libro hay una ausencia de introducciones y epílogos. Es posible que haya autor diferente para el último libro. Grimaldo escribe de la vida del santo con mucha énfasis en sus obras milagrosas.

Los milagros empiezan con la visión de Domingo, en un sueño, de dos hombres que llevan tres coronas que Dios le ha concedido. Las primeras dos coronas son por sus acciones acabadas. Una es porque Domingo siguió bien a Jesús para guardarla tiene que mantener su buena fe. La otra es porque en restaurar la iglesia también observó la virginidad de la Santa María y para guardarla tiene que mantener la virginidad. La tercera corona es por su obra del futuro, de edificar el monasterio de Silos. Con las tres coronas reinará eternamente con Cristo y los que llevan las coronas. De la visión Domingo recibe tanta seguridad de que sus acciones son buenas. Además recibe el don de profecía y la abilidad de hacer milagros.

Santo Domingo, además de sus obras buenas como vestir los pobres y consagrar la iglesia de Santa María de Cañas, hizo numerosos milagros antes de y despues de su muerte. El curó veinte y seis endemoniados, doce enfermados, diez y nueve ciegos, catorce cojos, ocho problemas con una mano, siete paralícos, cuatro mudos, un epiléptico, tres hinchados, cinco bocas torcidas, tres jorobados, un leporoso, una sordomuda, un sordo, un deforme, un inválido, la disentería en alguien y la cegura en un ojo. También el santo ayudó a cautivos escapar ocho veces, volvío un caballo robado y dos veces curó a alguien con los brazos unidos al pecho. Cada milagro tiene la forma semejante, alguien con una enfermedad o gran problema reza a Dios al sepulcro de Santo Domingo y Domingo hace el milagro. La cosa más interesante de Domingo es la cantidad de milagros que hizo en vez de su poder de hacerlos.

Para un ejemplo de un milagro de Santo Domingo:


Esta página fue creado por Brian Esser el año de Nuestro Señor, mil novecientos noventa y cinco.

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